El aumento en el crecimiento de las energías renovables es algo que se ve a día de hoy en muchos países mientras se lleva a cabo la transición hacia energías más limpias y el coche eléctrico, una forma de transporte limpia y más eficiente. Esta instauración parece confirmarse con un nuevo estudio que confirma este crecimiento hasta el año 2050, con la inversión de grandes cantidades económicas para construir nueva infraestructura y renovar la ya existente.
Se prevé que la demanda energética crezca en un 62%, resultando en que la capacidad energética mundial se triplicará entre los años 2018 y 2050.
El estudio comienza analizando las corrientes tecnológicas y los precios de los combustibles para llevar a cabo un análisis de los menores costes del sector eléctrico. Los resultados muestran como el uso del carbón caerá del 37% de la actualidad al 12% para el año 2050, mientras que el petróleo como fuente energética será virtualmente eliminado. Las energías solar y eólica crecerán del 7% actual al 48% para el año 2050. Las contribuciones del resto de energías como hidroeléctrica, gas natural y nuclear se mantendrán prácticamente al mismo nivel de uso que hoy en día.
El crecimiento previsto de las energías renovables a partir del año 2030 indica que muchos países pueden seguir un camino limpio para la siguiente década y media que sea compatible con el mantenimiento de las temperaturas a nivel global de 2 grados o menos. Esto se puede llevar a cabo sin la necesidad de que los gobiernos proporciones ayudas y subvenciones a la instalación de energías renovables como solar o eólica.
Europa dejará de lado el uso del carbón como fuente de energía de forma rápida, siendo pionera en ello obteniendo el 92% de la energía a través de renovables para el año 2050. La mayor parte de las economías del oeste de Europa ya tienen bien encaminado el uso de energías renovables, por lo que es un objetivo a largo plazo realista. Estados Unidos, por otro lado, cuenta con gas natural de bajo coste y China con plantas de carbón de reciente construcción, por lo que seguirán a Europa en la «descarbonización» pero a un ritmo mucho más lento.
En China prevén un pico en la demanda energética para el año 2026, con una caída de más de la mitad en los siguientes 20 años. La demanda eléctrica de Asia será de más del doble para el año 2050, convirtiéndose en un territorio perfecto para que empresas energéticas inviertan en construir nueva infraestructura.
Con esta nueva información, se puede ver como la demanda energética global crecerá en el futuro, incrementando la presencia y utilización de energías renovables. La capacidad total de generación deberá triplicar a la existente para el año 2050. La electrificación de las calefacciones y el sector de transporte (coches eléctricos, autobuses eléctricos, aviones ligeros eléctricos) reducirá las emisiones a nivel global, ahorrando aproximadamente 126 gigatoneladas de CO2 entre los años 2018 y 2050.
Fuente | Bloomberg
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