Para solucionarlo, Tesla trabaja en poner en marcha una fábrica en suelo chino. Una instalación que se situaría en la zona de Shangái y que permitirá al fabricante norteamericano incrementar su capacidad de producción, y sortear los impuestos de entrada.
El problema es que Tesla y el gobierno chino tienen diferentes ideas sobre la estructura de propiedad de tal planta. Por un lado el gobierno quiere que se mantenga el formato tradicional de asociación con un fabricante local, mientras Tesla quiere hacerlo de forma totalmente independiente y ser los únicos propietarios de dicha fábrica.
Tesla anunció el pasado mes de junio que estaba negociando con las autoridades de Shangái el construir la factoría en una zona de libre comercio cerca de la ciudad. Una planta en la metrópolis industrial no solo le daría a Tesla una base de producción barata en China . También pondría al fabricante en una buena posición para capitalizar el esperado boom del mayor mercado mundial de coches eléctricos. Planes que ahora parece que corren peligro por el cambio de parecer de Pekín.
El pasado mes de noviembre el propio Elon Musk indicaba que esperaban tener la planta lista para empezar a producir vehículos en 2020. Algo que parece sufrirá algún retraso a la vista de los seis meses que llevan negociando el fabricante americano y el gobierno chino.
Una dilatación que algunas fuentes indican podría afectar a otros proyectos de expansión, como la muchas veces rumoreada fábrica europea. Una instalación que llegaría como complemento a las instalaciones de Holanda, donde sólo se ensamblan vehículos, y que supondría dar un paso adelante a también fabricar algún modelo en Europa.
Vía | Bloomberg
COMMENTS