Recientemente se realizado con éxito el primer vuelo intercontinental entre Estados Unidos y Australia impulsado por biocombustible creado a partir de semillas de mostaza. En total el avión comercial Qantas QF96 completó un viaje de 15 horas a través del Pacífico, utilizando nada menos que 24.000 litros de biocombustible mezclado al 10%. Esto se trata de una práctica habitual en los motores de combustión, ya que utilizando una mezcla de biocombustible con combustible convencional apenas son necesarias modificaciones en los motores.
Según las estimaciones de Qantas, el avión evitó las emisiones de alrededor de 18 toneladas de emisiones de CO2 durante su vuelo. Sin embargo, aunque es verdad que se redujeron las emisiones del avión en marcha, la cantidad de terreno necesaria para cultivar las mostaza utilizada en la producción de ese biocombustible fue de 60 hectáreas, una superficie mayor que la Ciudad del Vaticano. Esta semilla es capaz de producir 400 litros de biocombustible a partir de una hectárea de cultivo.
"El avión es más eficiente en combustible y genera menos emisiones de efecto invernadero que aviones de tamaño similar" comentó el CEO de Qantas.
El combustible utilizado en el trayecto ha sido desarrollado por la empresa canadiense especializada en tecnología y agricultura Agrisoma Biosciences. Según los cálculos el Boeing Dreamliner 787-9 redujo las emisiones de carbono en un 7 por ciento en comparación con el vuelo habitual de la aerolínea en la misma ruta de Los Ángeles a Melbourne.
Además, Qantas aspira a que los vuelos basados en biocombustibles comiencen a funcionar regularmente. Sin embargo, no todo el mundo está convencido sobre el uso de este tipo de combustibles y su potencial beneficio al medio ambiente.
Biocombustibles en vuelos comerciales ¿tiene sentido?
Organizaciones como ONG BirdLife y Transport and Environment ya han mostrado su posición a favor del fin del uso de los biocombustibles provenientes de plantas que pueden ser utilizadas como alimento. El principal motivo es que la producción de biocombustibles a partir de cultivos alimenticios puede llevar a un aumento en los precios mundiales de los alimentos.
Por otro lado está la cantidad de energía necesaria para la explotación de esos cultivos. Habría que ver si compensa tanto en la tasa de retorno energético como en la cantidad de emisiones derivadas de esos trabajos.
Según el CEO de Agrisoma, empresa productora del biocombustible, se trata una cosecha que se adapta bien a terrenos poco fértiles y que crece donde otros cultivos no lo hacen . Además, no necesita mucha agua y es sencilla para los agricultores.
Lo único que está claro es que al menos de primeras, parece una barbaridad utilizar 60 hectáreas de cultivo para alimentar solo el 10% de un simple vuelo intercontinental. Habría que realizar un estudio a conciencia con el fin de conocer el impacto total de
Claramente, lo ideal sería que estos vuelos puedan ser impulsados algún día por energía eléctrica que además esté generada mediante energías renovables. Sin embargo, por el momento es imposible pensar en este tipo de vuelos alimentados solo por electricidad.
¿Son ahora mismo los biocombustibles una alternativa viable para reducir las emisiones de los aviones? ¿Como deberían producirse esos biocombustibles? Déjanos tu opinión en la zona de comentarios.
Fuente | DailyMail
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