La fiebre de las criptomonedas está copando muchos titulares últimamente. La compraventa de estas monedas virtuales basadas en la tecnología Blockchain está llegando a todos los ámbitos, desde los más expertos hasta usuarios de a pie. Aparte del famoso Bitcoin, hay otras criptomonedas que están empezando a tener mucha repercusión como el Ethereum, el Litecoin, el Ripple...
Como no podía ser de otra manera, las criptomonedas también han llegado al mundo renovable. Concretamente al mundo de la generación solar. Su nombre es SolarCoin, una iniciativa internacional que busca fomentar el desarrollo de la energía solar y el autoconsumo eléctrico utilizando una de las tecnologías más avanzadas de los últimos tiempos: el Blockchain.
Como ya sabéis, el Blockchain es una tecnología que se basa en un sistema descentralizado. En el caso del SolarCoin, esta tecnología permite generar un registro descentralizado, incorruptible y auditable de la energía solar producida por cualquier individuo o empresa. Cuando se registra una instalación solar en SolarCoin, los propietarios de la instalación reciben un SolarCoin por cada megavatio hora producido.
Cualquier productor puede darse de alta en el programa sin coste alguno. Darse de alta es tan sencillo como registrar la instalación en la página web de la fundación SolarCoin o a través de empresas de servicios como SolarChange o SolarCrypto.
Actualmente el valor de un SolarCoin es de 1,34 dólares, pero un junio de 2017 su valor era de solo 0,23. Las estimaciones hablan de que su valor podría aumentar hasta los 25 o 30 dólares según el nivel de aceptación de la moneda y la evolución de los mercados de emisiones de CO2, que por cierto, ya se están desarrollando en algunos países.
El objetivo final de esta criptomoneda es dejar un registro fiable e independiente de la contribución que cada instalación solar está haciendo en la lucha contra el cambio climático y al mismo tiempo recompensar a los propietarios de estas instalaciones y limitar la dependencia de las ayudas estatales.
SolarCoin tiene el reconocimiento de instituciones internacionales como la Agencia Internacional de las Energías Renovables, Solar Power Europe y la Convención para el Cambio Climático de las Naciones Unidas.
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