
El Departamento de Energía de los Estados Unidos ha publicado unos datos que muestran que el 2017 puede llegar a ser el primer año en el que la energía solar y eólica reducen el consumo de carbón y gas en Estados Unidos.
La revisión mensual de datos que realiza la agencia muestra que la generación de carbón ha caído un 1,5% en los primeros nueve meses del 2017 en comparación con los primeros nueve meses de 2016. Una continuación de la caída que el carbón ha tenido en Estados Unidos durante la última década, con la producción de electricidad proveniente de centrales térmicas de carbón disminuyendo desde 39% en 2007 hasta el día de hoy.
Durante los primeros años del siglo XXI esta reducción se ha debido a la sustitución del carbón por el gas natural, con una generación de electricidad a partir de gas que se ha duplicado desde el año 2000 hasta 2016. Sin embargo, en los nueve primeros meses de 2017, el consumo de gas se ha reducido un 11% interanual. Si se confirma este descenso cuando se publiquen los datos de los últimos tres meses, sería la primera caída de este tipo desde 2013.
La generación nuclear también ha disminuido un 1,5%, a pesar de que se mantenido relativamente estable en la última década. Mientras tanto, la generación de electricidad mediante petróleo sigue disminuyendo hasta convertirse en algo testimonial, representando el 0,5% de toda la generación en los primeros nueve meses de 2017.
Pero no hay que echar las campanas al vuelo. El mayor factor en el descenso de la generación térmica en 2017 es la propia caída de la demanda. La generación total de electricidad cayó un 2,6% en los nueve primeros meses de 2017. Si se confirma durante los últimos tres meses de 2017, este será el tercer año consecutivo con caída de la producción.
Parte de esto se debe a un clima más cálido y a una menor demanda de calefacción. Y como en este conjunto de datos no se incluye la energía solar de autoconsumo -la que se consume instantáneamente- en las estadísticas de generación, es probable que una pequeña parte de la caída en el uso de electricidad se deba a la demanda abastecida por la energía solar de autoconsumo.
Sin embargo, también es evidente que en los Estados Unidos el crecimiento económico, medido por el producto interno bruto (PIB), está desvinculándose de la demanda de electricidad. De hecho, la demanda anual de electricidad en Estados Unidos no ha vuelto a su pico de 2007, a pesar de que la economía se recuperó según las mediciones del PIB y las cifras oficiales de desempleo.

Pero mientras que Estados Unidos ha visto 80 TWh menos de generación de electricidad en los primeros nueve meses de 2017, también ha visto 65 TWh más de generación de energía renovable, de los cuales 31 TWh han sido a partir de energía hidroeléctrica, gracias a un invierno lluvioso en la costa oeste.
Sin embargo, hay que señalar los 14 TWh más de energía solar que se han generado, lo que representa un crecimiento del 51% en la producción comparándolo con los primeros nueve meses de 2016, y sumar también 19 TWh adicionales de energía eólica.
De esta forma, incluso con la disminución de la demanda eléctrica, puede ser que el 2017 sea recordado como el año en el que en Estados Unidos la energía solar y eólica empiezan a ganar cuota de mercado al resto de las formas de generación mediante combustibles fósiles.
Fuente | PV-Magazine
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