La sencillez de sus motorizaciones suponen la eliminación de muchos de los componentes, como los sistemas de transmisión, así como otras miles de partes que se utilizan en los coches diésel y gasolina convencionales. Los proveedores establecidos están nerviosos, en especial en Japón, donde la fabricación de automóviles es un pilar de la economía, y donde en otras ocasiones los gigantes industriales ya se han quedado atrás debido a los cambios tecnológicos.
“Si en el mundo se usaran solo coches eléctricos en este momento, se acabaría mi negocio”, mencionó Terry Nakatsuka, director ejecutivo de Jatco, la empresa que es dueña de la fábrica de transmisiones, utilizando el término “VE” para referirse a los vehículos eléctricos.
Con 7.000 trabajadores, Jatco es parte de una vasta economía de automotrices y proveedores que tiene uno de cada diez empleos en Japón, es responsable de una quinta parte de las exportaciones nacionales y genera más ingresos que cualquier otra industria japonesa.
Japón está teniendo problemas para garantizar un futuro dentro del mundo de los coches eléctricos. Toyota, la automotriz más grande del país, fue una de las pioneras de los híbridos de gasolina y electricidad, pero lleva mucho tiempo siendo escéptica respecto del apetito que tienen los consumidores por los coches que solo funcionan con baterías. En la actualidad, al estar bajo presión de rivales extranjeros como Tesla, la empresa asegura que está desarrollando un lote de modelos eléctricos nuevos.
El gobierno japonés ha tenido como prioridad manejar el cambio hacia la próxima generación de vehículos, pero los críticos opinan que su estrategia carece de enfoque. Ha apostado en grande por las celdas de combustible de hidrógeno, las cuales están luchando para obtener un apoyo generalizado. Pero de momento no lo están logrando.
El temor que se tiene es que Japón vuelva a perderse de un gran cambio tecnológico. En el sector de los aparatos electrónicos para los consumidores, la transición a nuevos productos, como las televisiones de pantallas planas y los reproductores de música digital, afectó a las marcas japonesas que alguna vez fueron omnipresentes. La innovación en la era digital se volvió el dominio de Silicon Valley, mientras que la producción en masa cayó en las manos de China y Corea del Sur.
Como resultado, algunos nombres legendarios en el mundo de la tecnología, como Sharp, Toshiba, Sanyo, o han desaparecido o ya no resuenan de la manera que lo hacían en el mundo de los consumidores. Algo que para muchos podría suceder con otros gigantes, como Toyota, pero también otras marcas japonesas que an seguido fielmente a la marca nipona, como Mazda, Subaru, Honda...
Vía | NY times
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