Los coches híbridos se clasifican de distintas formas. Como norma general, podemos decir que en un coche híbrido tenemos dos tipos de motorización diferentes, además de un sistema acumulador de energía que normalmente suele ser una batería. Todo con el objetivo de tener una mayor eficiencia.
El más conocido y más extendido en el mercado es el vehículo híbrido eléctrico. Un coche que combina un motor de combustión convencional con un motor eléctrico y una batería normalmente de pequeño tamaño. Otros ejemplos de híbridos podría ser un híbrido de aire comprimido, un concepto que no ha triunfado comercialmente.
El híbrido eléctrico tiene uno o más motores eléctricos que se combina con un motor de combustión interna convencional. Estos motores eléctricos se encargan de impulsar el coche, pero también de recuperar energía eléctrica para las baterías. En cambio el de aire comprimido, aprovechando la frenada regenerativa se realizar una compresión, que después se utiliza para empujar el coche mediante una descompresión, ayudando al motor de combustión.
En este caso no centraremos en los híbridos eléctricos, los más extendidos del mercado y que seguirán extendiéndose en los próximos meses.
Según su integración, de menor a mayor, se clasifican primero los microhíbridos. Estos utilizan un motor eléctrico compacto para proporcionar características como el stop/start y algunos incluso lo utilizan para proporcionar energía de asistencia durante la aceleración y para regenerar durante la deceleración.
Después están los semihíbridos, en los que el motor coge mayor importancia ya que aporta fuerza al convencional y recupera más energía.
A este le sigue el híbrido puro. Este es capaz de mover el coche sin que el motor de gasolina esté encendido o acoplado a la transmisión. Su comportamiento es muy similar al de un eléctrico pero con poca velocidad y aceleraciones suaves.
En el nivel más alto podemos encontrar el híbrido enchufable, que tiene baterías más grandes y puede moverse a mayor velocidad sin combustible, solo con electricidad y con mayor aceleración. Normalmente es capaz de recorrer en modo 100% eléctricos decenas de kilómetros.
A pesar de que no tienen los mismos beneficios de los coches eléctricos, los coches híbridos se están posicionando como una alternativa para aquellas personas a las que todavía no les encaja un coche eléctrico por el motivo que sea. Se espera que en los próximos años la cuota de coches híbridos siga aumentando de forma importante a la vez que las ventas de diésel se siguen reduciendo.
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