La flota de autobuses de Shenzhen, ciudad china de 11.9 millones de habitantes, se convertirá en 100% eléctrica a finales de 2017. Los autobuses eléctricos serán los únicos encargados de dar servicio en el transporte público de la ciudad para finales de este año. Serán en su mayoría unidades del fabricante local BYD.
Los autobuses diésel no son precisamente los mejores amigos de las ciudades -aunque son una mejor opción que usar el coche- debido a sus emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas sólidas. Cambiar toda una flota de autobuses a eléctricos sin duda ayuda a mejorar la calidad del aire en la ciudad y por consiguiente los problemas sanitarios asociados. Por eso, la ciudad de Shenzhen ha llegado a la conclusión de que las vidas de sus ciudadanos importan más que las ganancias de las compañías petroleras extranjeras.
Shenzhen lleva trabajando para lograr este objetivo desde hace bastante tiempo. Actualmente ya tiene 14.000 autobuses eléctricos en las calles y solo quedan unos cientos de autobuses con motor diésel por reemplazar. Estos serán dados de baja en los últimos dos meses del año.
Como hemos comentado, la empresa BYD es la encargada de proporcionar el 80% de los autobuses eléctricos para la ciudad. Una empresa que también está fuertemente dedicado a los vehículos eléctricos, liderando el mercado chino, un país que es el que más coches de este tipo vende en el mundo. Además sus autobuses se venden por todo el mundo y no solo en el mercado local.
BYD comenzó las pruebas piloto en Shenzhen en 2011. En seis años, la ciudad ha logrado implementar un cambio completo. Entonces, ¿por qué nos está llevando tanto tiempo en Occidente dar pasos en esta dirección?
Los números hablan por sí mismos, y China tiene la necesidad de reducir la contaminación del aire. Hablamos del país que es el mayor emisor de gases de efecto invernadero. Los vehículos vendidos en China emitieron 44,7 millones de toneladas de contaminantes en 2016, según la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, se están dando cuenta de los problemas ocasionados y el Ministerio de Protección Ambiental ya dice que cambiarse a la movilidad eléctrica es la única solución factible y práctica.
Como en todos los lados, hay gente contraria al cambio que además afirmaa que los vehículos eléctricos contaminan más que los motores de combustión interna. Lo que está claro es que es mucho más fácil frenar la contaminación en las centrales eléctricas que hacerlo en cada tubo de escape de cada automóvil. Además, incluso hoy en día, los vehículos eléctricos son más limpios.
Fuente | CleanTechnica
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