Pero la eficiencia no se basa solo en gastar menos energías. Lo ideal es tener en cuenta también el reciclaje -reciclar también ahorrar energía-, el consumo responsable, el uso de productos no contaminantes y todo lo que nos aleje del uso de combustibles fósiles. Si puedes ir en bici o en transporte público en tu día a día, piénsatelo dos veces antes de coger el coche.
Sin embargo, en los pequeños gestos del día a día es donde podemos conseguir un ahorro importante -tanto económico como en emisiones de CO2- sin apenas darnos cuenta. En este artículo vamos a hacer un pequeño repaso a varios consejos que ayudan a mejorar nuestra eficiencia energética lo suficiente como para reducir nuestra factura de la luz y ayudar a nuestro planeta.
Consejos para ahorrar en tu factura de la luz
Empezando por tu hogar, la primera medida es la verificación de la instalación eléctrica, no solo para evitar gastos en energía y en dinero, sino también por nuestra seguridad.En cuanto a la iluminación, es esencial ya que consume una tercera parte de nuestra factura. Siempre hay que apagar las luces cuando no estén siendo utilizadas y hay que aprovechar al máximo la luz natural en la medida de los posible. Además, una buena idea es ir reemplazando las bombillas incandescentes que se vayan fundiendo por otras de tecnología de bajo consumo o tecnología LED.
También es importante estar atentos con las puertas y ventanas. Estos cerramientos son por donde más energía se pierde en nuestros hogares y tanto si tienes calefacción eléctrico como si tienes gas o gasóleo, debes revisar que esté todo en orden. Tanto una como la otra debe tener un buen aislamiento para reducir la pérdida de calor y frío y que los cerramientos sean lo suficientemente heméticos. Hay que dejar claro que abrirlas y cerrarlas según convenga no servirá de mucho ya que puede perderse entre 25-30% del calor o del frío. Con unos 10 minutos de ventilación a las mañanas es suficiente.
Además de estas, una casa también debe tener un buen aislamiento en techos, paredes y suelos. La falta de esto puede suponer una pérdida del 30% de la energía. Si tu vivienda es muy fría, quizá debas plantearte en equiparla con aislamiento.
Uno de los aspectos que es importante pero que menos atención se lleva es el consumo de los aparatos que están apagados pero enchufados. Es lo que se conoce como consumos vampiro. En estado de standby, los aparatos pueden llegar a consumir un 10-15% de lo que gastan en condiciones normales. Para evitar esto, es recomendable desenchufarlos o utilizar una regleta con interruptor cuando no estén en funcionamiento. Puedes agrupar varios aparatos en las misma regleta, de tal forma que se facilitan mucho las cosas. Algunos de estos aparatos son el router, los cargadores de móviles que se quedan enchufados, televisores, DVD...
La medida del standby está muy bien, pero también es necesario fijarse en el etiquetado de los electrodomésticos. Al comprar electrodomésticos, es importante fijarse en la etiqueta energética, ya que esta nos indicará la cantidad de energía que consume, y por lo tanto, el impacto que tendrá en nuestra factura de la luz. Para tomar una decisión, las clases A y A con pluses (A+, A++, A+++) deberían ser prioritarias. Puede que en el momento salga más caro, pero a la larga, se compensa.
Por último, hay que procurar no abusar del agua caliente cuando nos duchamos. Por supuesto, siempre hay que priorizar la ducha frente al baño, y cerrar al grifo cuando no estamos aprovechando el agua. La temperatura del agua por supuesto, también afecta a la cantidad de energía gastada. Reducir unos pocos grados podría ayudar gratamente a nuestros bolsillos.
Con estos sencillos hábitos de sentido común, además de ahorrar en nuestra factura de la luz conseguiremos un planeta mejor para todos.
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