Las primeras persianas similares a las que utilizamos hoy en día en nuestros viviendas surgieron por primera vez en Venecia. Tiempo más tarde, el sistema fue perfeccionado por el inglés Edward Bevan en el siglo XVIII incorporando un cordón sin fin y una polea para mover las láminas de madera encajadas en un marco, en lo que ya era algo muy similar a las persianas que utilizamos en la actualidad.
Lo cierto es que unas persianas bien utilizadas sirven para ahorrar una buena cantidad de energía, ya que pueden tapar la entrada de la radiación solar en la vivienda en verano, reduciendo así el uso de aire acondicionado, y ejercen de aislante en invierno, poniendo un obstáculo más a la fuga de calor por las ventanas.
Pero la última revolución en el mundo de la persiana no viene por el aumento de eficiencia, sino por el ámbito de la generación de energía. Y es que la empresa SolarGaps ha querido ir un paso más allá en el diseño de las persianas, dotándolas de células fotovoltaicas que generan electricidad.
Las persianas se orientan automáticamente al Sol para generar la mayor cantidad de energía posible a la vez que bloquean la entrada de la radiación en el edificio. Según sus creadores, SolarGaps es capaz de generar hasta 100 Wh de energía por cada metro cuadrado cuando se monta en el exterior de una ventana, bajando hasta los 50 Wh cuando se monta en el interior.
Por si fuera poco, las persianas también pueden controlarse a través de una aplicación para teléfonos móviles. Un app que permite abrir y cerrar las persianas y programarlas según el horario deseado. Por supuesto, también se puede consultar la cantidad de energía generada.
El proyecto se está financiando a través de la plataforma Kickstarter, donde ya ha recaudado 17.500 dólares que representan un 35% del objetivo final.
Fuente | SolarGaps
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