Se trata de una altura inusual para este tipo de instalaciones, lo que la convertirá en las más alta del mundo una vez finalizada. La potencia nominal de la central será de 121 MW de potencia.
El coste total de la misma ascenderá a 773 millones de dólares y será capaz de producir alrededor del 1% de las necesidades de Israel una vez. La financiación ha sido totalmente privada, pero el gobierno se ha comprometido a ofrecer un precio superior al del mercado por la energía producida en esta central. Su construcción es consecuencia de el objetivo fijado por el gobierno israelí, que quiere que el 10% de la electricidad del país provenga de renovables en 2020.
Como sabéis, en el mundo predominan las instalaciones de energía solar fotovoltaica. En el caso de la termosolar, se deben hacer proyectos a gran escala para poder ajustar los precios y aún así no puede competir con la cada vez más barata fotovoltaica. Sin embargo, la termosolar tiene el beneficio de ser almacenable a través de sales fundidas, las cuales pueden almacenar calor hasta varias horas después de se ponga el Sol. Este almacenamiento además permite que la salida de potencia de la central sea más estable.
Además de por la torre, la instalación estará compuesta por 50.000 heliostatos (espejos) controlados por ordenador, los cuales se encargarán de reflectar la radiación a los más alto de la torre. Son unos heliostatos más grandes que los que se usan en otros proyectos, y además están controlados vía Wifi, en lugar de utilizar cables como se hace en otras instalaciones.
Seguiremos de cerca la construcción de esta central, y seguiremos informando sobre futuras novedades.
Fuente | Haaretz
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