Este fue el principal tema discutido en la sesión llamada "Armonización del mercado eléctrico europeo y el papel del diseño del mercado" celebrada en el Consejo Mundial de la Energía. En la sesión se habló de la actual transición hacia una economía baja en carbono, principalmente impulsada por el desarrollo de fuente de energía renovable.
Sin embargo, aún hay muchas barreras que deben superarse para que esta transición pueda llevarse a cabo.
El crecimiento de las energías renovables se está viendo afectado por su coste marginal de "cero". Es decir, por ofertar en el mercado mayorista a cero euros el MWh. Esto está haciendo que los mercados de la energía cambien de forma rapidísima, algo que está poniendo las cosas muy difíciles a los reguladores y promotores. Además, tecnologías como la gestión activa de la demanda y el Internet de las cosas amenazan con colarse en el sector y ser actores importantes.
Es por eso que muchos expertos aseguran que el mercado eléctrico necesita reiniciarse para adaptarse a esta nueva realidad.
"Si queremos alcanzar los objetivos climáticos de Europa, no hay otro camino que no sea la eliminación gradual del carbón como fuente de energía" dijo Graichen, el director ejecutivo de Agora Energiewende en Alemania. "También necesitamos un sistema mucho más flexible si queremos integrar más más energía eólica y solar. Lo combustibles fósiles también necesitan ser flexibles."
"Es necesario que haya una visión clara de hacia dónde va el mercado," añadió Fintan Slye, director ejecutivo de EirGrid,en Irlanda.
"Si las empresas pagasen 60 euros por tonelada de CO2 emitida todo funcionaría. La transición sería más fácil. Sin embargo, las industrias nunca lo aceptarían" aseguraba Graichen. "Pagar 25 euros por tonelada no ayudaría a financiar demasiado las renovables, pero simplifica la ecuación, generando menos problemas".
Parece difícil que todos los países europeos se pongan de acuerdo en este tipo de políticas. Esto ocurre cuando se quiere ir hacia una especie de mercado eléctrico común, pero tanto las políticas como la situación energética de un país a otro varían de forma importante. Una forma puede ser centrarse en las emisiones, dejando de lado las primas. El que contamina paga, en lugar de incentivar al que no lo hace.
Fuente | WorldEnergy
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