La modificación de la estrategia de la eléctrica francesa EDF sobre el periodo de vida útil de sus centrales nucleares pone de manifiesto querer prolongar en varias décadas el cierre de algunos de sus reactores.
Esta información se ha dado a conocer por la Autoridad de Seguridad Nuclear de Francia (ASN), que al convocar a Electricité de France (EDF) para asegurarse de que estaba cumpliendo con los procedimientos para el desmantelamiento de los reactores conforme a las reglas en vigor, fue consciente de su cambio de estrategia.
Los nuevos planes de la compañía, gestora de los 55 reactores en Francia, modifican de manera significativa tanto el ritmo de los desmantelamientos como los escenarios asociados.
La intención de EDF es proceder primero al desmantelamiento total de uno de sus reactores de lo que se conoce como de primera generación, es decir, aquellos que ya no se encuentran actualmente en activo, antes de ponerse con los demás, argumentando beneficiarse así de la experiencia de ese caso.
En cuanto a los otros reactores del mismo tipo, la intención de la empresa ahora es limitarse a desmantelar en los próximos quince años las instalaciones periféricas, lo que significa aplazar varias décadas el desmantelamiento de otros reactores respecto a la estrategia presentada por EDF en 2001 y actualizada en 2013.
El presidente francés, François Hollande, lleva años asegurando que se cerrará el reactor más antiguo de los que actualmente se encuentran en funcionamiento, situado en Fessenheim, Alsacia, junto a la frontera alemana, dentro de su programa para reducir el peso de la electricidad de origen nuclear al 50 % del total en el horizonte de 2025. Sin embargo, Hollande adquirió el compromiso durante la campaña para su elección en 2012 de clausurarlo en 2016, compromiso que aplazó al 2018 el pasado año.
La ASN, ante este cambio de escenario, reclamó a la compañía francesa la detallada justificación de este cambio de actitud así como demostrar que cumple con las exigencias legislativas sobre el desmantelamiento de los reactores de primera generación. A esto le añaden la exigencia de someterse a un dossier, con las disposiciones que contempla, para garantizar la seguridad de las instalaciones hasta finalizar su desmantelamiento.
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