profunda transformación que estaban afrontando las compañías eléctrica de Estados Unidos. Una noticia que se sumaba a otras como la petición de bancarrota de la mayor productora de carbón de ese mismo país, y que nos dibujan un panorama donde cada vez es menos rentable quemar carbón, y cada vez más instalar renovables.
Ahora desde la Universidad de Sussex, Reino Unido, nos llega un estudio que nos muestra que el cambio en el sistema de producción eléctrico está siendo imparable. Un cambio que han comparado con anteriores conversiones, y que dibuja un futuro a corto plazo donde las formas de producción eléctrica mediante combustibles fósiles pasarán la historia antes de lo que pensamos.
Este estudio compara las anteriores revoluciones, como el paso de la madera al carbón, entre 96 y 160 años, y también el tiempo que necesitó el sistema eléctrico para convertirse en un bien de uso masivo. Una evolución que ahora afronta un nuevo paso adelante abandonando el carbón y otras fuentes fósiles, que serán sustituidas por fuentes de energía renovable.
Pero este cambio será mucho más rápido. La creciente preocupación por los efectos del calentamiento global, y también la evolución de tecnologías como las renovables y el coche eléctrico, hacen que los expertos estimen que en apenas 10 años podremos dejar atrás de forma general la producción eléctrica desde fuentes sucias.
Un ejemplo de la velocidad del cambio de esta nueva era lo podemos encontrar en la región canadiense de Ontario. Una región que entre 2003 y 2014 ha logrado completar un proceso de desconexión de las plantas térmicas a carbón en favor de fuentes renovables y más limpias.
Pero para lograr acelerar el proceso según los expertos, será necesario un fuerte impulso por parte de las administraciones públicas. Un apoyo que muchas veces como hemos podido ver en España, se ve ralentizado por políticas claramente negativas para el desarrollo de fuentes renovables. Algo de lo que por desgracia nuestro país no es el único caso, y donde la industria del petróleo pondrá mucho dinero para tratar de ralentizar en la medida de lo posible la llegada de las nuevas fuentes de energía.
Pero la revolución es imparable. El abaratamiento de las fuentes renovables ha sido muy importante en los últimos 5 años, y con ello el incremento de su rentabilidad. A esto se añade un parque móvil cada vez más eléctrico. Unos vehículos que además permitirán sacar mayor partido a fuentes intermitentes como la solar y la eólica, y que permitirán acelerar la nueva revolución energética.
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Vía | FCE
El otro día hablábamos de laAhora desde la Universidad de Sussex, Reino Unido, nos llega un estudio que nos muestra que el cambio en el sistema de producción eléctrico está siendo imparable. Un cambio que han comparado con anteriores conversiones, y que dibuja un futuro a corto plazo donde las formas de producción eléctrica mediante combustibles fósiles pasarán la historia antes de lo que pensamos.
Este estudio compara las anteriores revoluciones, como el paso de la madera al carbón, entre 96 y 160 años, y también el tiempo que necesitó el sistema eléctrico para convertirse en un bien de uso masivo. Una evolución que ahora afronta un nuevo paso adelante abandonando el carbón y otras fuentes fósiles, que serán sustituidas por fuentes de energía renovable.
Un ejemplo de la velocidad del cambio de esta nueva era lo podemos encontrar en la región canadiense de Ontario. Una región que entre 2003 y 2014 ha logrado completar un proceso de desconexión de las plantas térmicas a carbón en favor de fuentes renovables y más limpias.
Pero para lograr acelerar el proceso según los expertos, será necesario un fuerte impulso por parte de las administraciones públicas. Un apoyo que muchas veces como hemos podido ver en España, se ve ralentizado por políticas claramente negativas para el desarrollo de fuentes renovables. Algo de lo que por desgracia nuestro país no es el único caso, y donde la industria del petróleo pondrá mucho dinero para tratar de ralentizar en la medida de lo posible la llegada de las nuevas fuentes de energía.
Pero la revolución es imparable. El abaratamiento de las fuentes renovables ha sido muy importante en los últimos 5 años, y con ello el incremento de su rentabilidad. A esto se añade un parque móvil cada vez más eléctrico. Unos vehículos que además permitirán sacar mayor partido a fuentes intermitentes como la solar y la eólica, y que permitirán acelerar la nueva revolución energética.
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