Pocos son los que a pesar del paso del tiempo, no recordarán el accidente nuclear de Chernóbil. Un desastre que 30 años después todavía causa escalofríos en la sociedad europea. Ahora en su peligrosa zona de exclusión se ha levantado una instalación fotovoltaica que permitirá aprovechar la infraestructura existente en cuanto a conexiones, y que ahora ha vuelto a la vida gracias a la energía del sol.
El año pasado el ejecutivo de Ucrania puso en marcha un plan para devolverle al lugar su capacidad de generar energía y sacar provecho de un terreno sin apenas posibilidades de uso. En total 6.000 hectáreas que a partir de ahora se dedicarán a las renovables en la zona de exclusión, peligrosa para la vida humana pero que cuenta con una buena cantidad de horas de sol y con las conexiones eléctricas con los grandes centros urbanos del país todavía en buen estado.
Ahora, dos compañías - la local Rodina Energy Group y la alemana Enerparc- se han adjudicado un contrato para construir a partir de este mes una planta solar fotovoltaica de 1MW de potencia por 1,2 millones de dólares (poco más de 1 millón de euros) en un desolado páramo, situado apenas a unos de metros del epicentro donde se desencadenó el accidente, según Bloomberg.
Esta potencia no es ni una pequeña parte de la que disponía la central nuclear en su momento, que contaba en 1986 con cuatro reactores de 1.000 MW y un quinto en construcción. Ahora bien, el plan es multiplicar su capacidad y sumar otros 99 MW en el futuro. El Ejecutivo ucraniano pagará a ambas empresas entre 15 y 18 céntimos por cada kWh que generen, una cifra un 40% superior a la media europea.
El ejemplo de Fukushima
Chernóbil no será la primera zona catastrófica que se ha pasado al lado 'verde'. La región japonesa de Fukushima, también tristemente célebre por el desastre nuclear que provocó el tsunami que devastó las costas del país en 2011, instaló en 2014 una turbina offshore de 2.000 kW, a la que un año después se unió la que fue, en ese momento, la más grande del mundo de este tipo (4.000 kW y 220 metros de altura).Ambos aerogeneradores formaban parte del plan que puso en marcha Gobierno nipón para revitalizar la zona y no desaprovechar su potencial eólico y solar, apostando por las renovables de todo tipo, Un proyecto que no sólo ha comenzado a cambiar el aspecto, sino también la mentalidad de Fukushima.
Vía | Electrek
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