El plan requerirá que la industria alemana reduzca sus emisiones una quinta parte en 2030 y que el sector energético de Alemania reduzca sus emisiones a casi la mitad. Debido a estos ambiciosos objetivos, el plan será revisado en 2018 con el objetivo de analizar su impacto en los puestos de trabajo y la sociedad. Los objetivos podrían ajustarse en ese año, en función del impacto causado.
Después de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, Alemania siente ahora la necesidad de mostrar liderazgo en la lucha contra el cambio climático.
La Ministra de Medio Ambiente Barbara Hendricks presentó en 2015 un plan de reducción de emisiones para varios sectores. Unos objetivos que se convirtieron en agua de borrajas debido a la oposición generada entre los ministros de su propio Gobierno, aunque de la rama más concervadora. Incluso el líder socialdemócrata y vicecanciller, Sigmar Gabriel había expresado su preocupación acerca de estos planes, ya que la reducción de la quema de lignito (uno de los mayores emisores de CO2) podría conducir a una gran pérdida de empleo en las regiones afectadas.
Según Reuters, el plan final contiene menores reducciones de gases de fecto invernadero en el caso de las centrales generadoras de electricidad que los primeros borradores. Según Gabriel: "El actual plan representa "una buena y equilibrada solución. El resto de países solo seguirá nuestro pasos en la lucha contra el cambio climático si conseguimoa reducir las emisiones de CO2 a la vez que protegemos los puestos de trabajo en la insdustria."
Sin duda es importante que los países presenten planes para la lucha contra el cambio climático y que una potencia como Alemania tenga el suyo propio puede hacer que otros países importantes se suban al carro. Mientras tanto en España, parece que el nuevo Gobierno quiere impulsar una Ley de Transición Energética y Cambio Climático, que esperemos pueda contar con un amplio consenso y unos objetivos ambiciosos.
Fuente | The Guardian
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