Según el Sr Stackmann, con la llegada de la nueva generación de coches eléctricos, con autonomías de entre 400 y 600 kilómetros con cada carga, el cliente tendrá a su disposición unos vehículos que serán capaces de cubrir la práctica totalidad de sus necesidades de movilidad. Una propuesta que no tendrá contestación desde el punto de vista técnico, y que hará que los híbridos enchufables pierdan buena parte de su atractivo.
Decimos que estas declaraciones son curiosas, ya que Volkswagen está apostando muy fuerte por el sector de los híbridos enchufables con modelos como el Golf GTE, el Passat GTE, y también con la llegada de nuevos modelos que usarán este sistema de propulsión que mezcla un motor eléctrico con uno gasolina.
Pero la presentación durante este pasado salón del Automóvil de París del Volkswagen I.D., parece que supondrá un antes y un después en la estrategia del fabricante alemán. Un modelo que como recordamos, contará con un sistema de propulsión 100% eléctrico, una batería suficiente para recorrer entre 400 y 600 kilómetros, y que llegará en 2020 al mercado.
Pero para que este tipo de vehículos triunfe a un nivel destacable, el directivo de Volkswagen admite que falta un aspecto por cubrir. La infraestructura de recarga. Para el Sr Stackmann, la clave será ofrecer puntos de recarga que permitan realizar desplazamientos interurbanos. La infraestructura que permita cubrir distancias moderadas entre ciudades, y no la infraestructura dentro de las propias urbes.
Según el directivo germano "Suena limitado, pero no es necesario instalar un cargador rápido cada 15 o 20 kilómetros. Lo que sí es necesario son instalaciones en los principales nudos de comunicación cada 150 kilómetros". Una carga rápida que para Volkswagen es un requisito fundamental para la expansión del coche eléctrico.
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