Según Musk, en estos momentos a pesar de la elevada automatización de sus líneas de montaje, estas son extremadamente lentas para Tesla. Algo que hace que la capacidad de producción de la gigafábrica de baterías sea irrelevante ya que por mucho que acelere su producción, si la linea de fabricación de coches no lo hace también, se moverán a ritmos diferentes.
En estos momentos el jefe de Tesla estima que la línea de montaje el Model S y el X se mueve en torno a los 5 centímetros por segundo. Una cifra que permite sacar unos 2.400 coches cada semana. Pero para Musk, el objetivo es lograr acelerar la cifra hasta 1 metro por segundo. 20 veces más.
Esto supondría multiplicar la actual capacidad de producción, y llegar a una cifra que podría rondar los 40.000 coches por semana, lo que llevaría la producción anual a un número en el orden de los 1.9 millones de coches.
Sin duda un reto extraordinario a nivel económico, pero también tecnológico ya que supondrá empujar más allá de sus límites la actual tecnología de ensamblado robotizado. Algo que se ha convertido en una de las prioridades de Elon Musk.
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