Según este acuerdo, las ventas de vehículos de gasolina y diésel tendrían que terminarse en el 2025, quedando exentos como es normal los modelos eléctricos, pero también se hace mención a los híbridos. Sin especificar si serán sólo los enchufables, o esta excepción se extenderá también a los híbridos no enchufables.
Por su parte desde la oposición conservadora se ha tachado el anuncio de engañoso. Según Tina Bru, segundo vicepresidente de la comisión de energía y el medio ambiente, están todos de acuerdo en que hay que reforzar las políticas de incentivos para que la gente de el salto a formas de movilidad sostenibles, pero prohibir las ventas se antoja complejo.
Destacado: Noruega como ejemplo de energías renovables y sostenibilidad
Ahora se abre un periodo que culminará en el periodo 2018-2019, donde se deben marcar los objetivos de reducción de emisiones en Noruega. Un plan que puede incluir además de nuevas medidas para mejorar el atractivo del coche eléctrico, así como nuevas normativas más restrictivas con los modelos diésel y gasolina.
Para algunos expertos, imponer a estas alturas una prohibición, sin asegurar a la gente que para entonces tendrán una alternativa significativamente más económica que los modelos de combustión, sería absurdo.
Ahora la pelota está sobre el tejado del actual grupo de gobierno, formado este pasado mes de enero y que está conformado por el Partido Conservador (H) y el Partido del Progreso (FrP), que deberán decidir si profundizan en la idea de prohibir los modelos a combustión, o de lo contrario trazan un plan más conservador.
Vía | FCE
COMMENTS