Es el caso de Estados Unidos. En algunos lugares como Washington DC, el numero de instalaciones fotovoltaicas se han triplicado desde 2011. Un crecimiento que los defensores de las energías renovables indican que no parará de crecer, y que estiman que para 2020 la producción solar será un 300% superior a la actual.
A esto ayuda además de la comentada rebaja de precios, el sistema de balance neto. Esto quiere decir que la energía que no consumimos es vertida a la red. Esta pasa por un contador que al final de cada mes determinará cuanta energía ha entrado, y cuanta ha salido, cobrando al cliente la diferencia en caso de ser en su contra.
A esto hay que añadir las ayudas que los diferentes estados y el gobierno ponen en marcha para este tipo de iniciativas. Por ejemplo el gobierno central ofrece hasta el 30% de ayudas. Un sistema que terminaba a finales de este mes, pero que ha sido renovado por otros cinco años más. También se pueden acoger los interesados a certificados de energía renovable. Estos permiten adelantar una parte de la producción de la instalación, que es comprada por en el mercado eléctrico, y que permiten rebajar el coste inicial todavía más.
Esto quiere decir que la instalación media en Washington, 5 kW, tiene un coste total de 16.000 dólares. Restando la ayuda del gobierno, 4.800 dólares, más los certificados de energía renovable, otros 5.500 dólares, esto quiere decir que el desembolso inicial es de apenas 5.700 dólares.
Con un ahorro estimado de unos 950 dólares al año, gracias a este sistema el retorno de la inversión es de apenas 5 años y medio. Una cifra realmente irresistible y que provoca que cada vez más gente de el paso a las renovables.
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Vía | WP
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